Desde el momento en que se llega a Palermo impresiona la magnífica vista del mar en contraste con la imponente montaña que se eleva detrás. Es la mayor ciudad de Sicilia y también la más cosmopolita. Polvorientos museos se mezclan con restos de arquitectura árabe y arte barroco entre mercados bulliciosos y un tráfico caótico pero sin dejar de fascinar al viajero en ningún momento. Sus calles estrechas que se entrelazan todavía conservan el ambiente de épocas pasadas.