Alicante es un punto clave del turismo del país gracias a su gran capacidad hotelera y a su conexión aérea con las principales capitales europeas. Se dice que Alicante es la más amable de las capitales de la comunidad, una ciudad con un emplazamiento mágico entre el mar y la montaña. En palabras del poeta alicantino Gil-Albert, Alicante mira ininterrumpidamente hacia el Mediterráneo.