Situada a orillas del lago Mälaren y el mar Báltico, meca del diseño moderno y con una tradición de más de 700 años. La parte vieja de la ciudad - Gamla Stan-, respira aire medieval, y contrasta con el esplendor del Palacio Real y su Ayuntamiento. Estocolmo ocupa 14 islas, y es la frontera natural con su Archipiélago. En verano, vale la pena visitar alguna de las islas, a las que se puede acceder gracias a las innumerables rutas en ferry.
Imprescindibles para visitar son el barrio Gamla Stan en la parte vieja; los jardines del Palacio de Drottningholm, residencia de la familia real sueca; el impresionante City Hall donde se celebran los Premios Nobel; el maravilloso parque urbano de Djurganden, que contiene el Museo del Vasa, donde se exponen un barco del s. XVII, y el Skasen, museo al aire libre más grande del mundo; la Catedral; la vista de Gamla Stan desde Skeppsholmen, isla donde antaño armaban sus barcos, y ahora alberga el Museo Moderno diseñado por Rafael Moneo y el de Arquitectura; la Casa de la Cultura -Kulturhuset-, considerada la sala de estar de Estocolmo, un auténtico centro social y cultural.
En las callejuelas del Gamla Stan hay un montón de encantadores restaurantes para conocer la cocina típica sueca, que se basa en salmón, arenque y cangrejo. De postre, de merienda o en el desayuno kanellbulle, muy recomendable es el tradicional bollo de canela acompañada de un chocolate caliente.