Por donde uno mire, en Río de Janeiro se ve verde y azul y cuando uno respira, se llena de alegría y festividad. El carnaval está siempre presente y no sólo en las personas, sino también en sus paisajes.
Grandes montes de árboles frondosos culminan en grandes playas de aguas cristalinas, si uno mira la ciudad desde lo alto de la montaña Corcovado. Un lugar soñado para llevarse una postal perfecta de esta ciudad y celebrar la vida.
Para los amantes del mar, las 23 playas de extensas arenas blancas se convierten en un lugar obligatorio de paso. Cientos de turistas y residentes se entremezclan para disfrutar del calor y vivir la experiencia carioca. Y para los más solitarios, existente bahías lejanas e igualmente imponentes, ideales para disfrutar de la paz cerca de la ciudad.
Esta provincia con muchísimos habitantes, es reconocida por
el carácter alegre de su gente. Al parecer, las calles respiran música y
carnaval durante todo el año. Su clima tropical hace que se pueda disfrutar de
la playa sin importar la época del año, por eso el ritmo latino está a la orden
del día.
Tragos, música, alegría y ritmo son las palabras elegidas
por los pobladores de esta ciudad que sin lugar a dudas es pionera en
entretenimiento. Bares, restaurantes, discotecas para divertirse de noche,
acompañados por arena, naturaleza y agua cálida durante el día, harán de tu
visita una aventura inolvidable.