¡Lo recomienda!
Opinión verificada
Recomendable.
-
7.5
Calidad / precio
-
10
Ubicación
-
7.5
Decoración
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2.5
Gastronomía
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7.5
Habitación
-
7.5
Instalaciones y servicios
-
10
Atención del personal
Nos alojamos en una habitación superior y la verdad es que es una habitación muy amplia con un baño enorme, aire acondicionado, nevera y cafetera. También tienes TV plana.
La terraza tiene su parte buena y su parte mala. A esta habitación le corresponde el solárium de unos 20 m² con tumbonas, sombrillas y con unas vistas increíbles a la bahía. Lo malo es que, de 10:00 a 19:00 horas, es de uso compartido con el resto de huéspedes y los guiris no salen de allí. Pero merece la pena disponer de esa terraza cuando cae la noche y sale la luna llena iluminando toda la bahía.
El restaurante cuenta con unas vistas increíbles también, es una pasada desayunar o cenar en la terraza, a tan solo dos metros de la arena de la playa. Las camareras, encantadoras y muy profesionales, siempre hacen por satisfacerte intentando darte la mesa que te gusta, a pesar de lo difícil que se lo ponen los extranjeros acaparando todas las mesas buenas durante todo el día (no salen del hotel).
El chico de la recepción es majísimo también. El desayuno, apañado, pero aquí es donde se ve que es un hotel de 3 estrellas y no de 4. La cena, sin embargo, ya es la que para mi opinión es lo peor a valorar del hotel: la tripa la llenas pero no hay ningún plato que te lo comas y digas que está delicioso. Comida muy corriente, repetitiva todas las noches y muy poco elaborada. Tiran mucho de roti del que venden ya hecho del Mercadona, unos días en rodajas, otros días a dados, otro días a tiras... De 7 días que hemos estado, 5 lo han puesto. Una noche estuvo bastante pasable, hubo cochinillo y raya a la mallorquina. Los postres igual, siempre lo mismo y nada muy especial.
positivo: La ubicación, las vistas, las camareras y el recepcionista. La habitación y la terraza. La playa es preciosa, cómoda para ir con niños y no masificada.
negativo: La cena, los horarios para guiris, los miramientos por ellos, carteles en las habitaciones en su idioma y no en el nuestro estando en nuestro país.