Viajamos en familia con el objetivo de conocer un poco Gran Canaria. En ese sentido destacar que el hotel se encuentra en una de las zonas más turísticas de la isla en una ubicación espectacular, a bastante altura y con vistas a la playa de Puerto Rico, lo que lo hace especialmente acogedor cuando te sientas en la terraza de su cafetería a tomar algo o cuando descansas en la terraza de tu apartamento.
Los apartamentos son amplios y bien equipados, aunque se echa en falta el aire acondicionado. Destacar que la limpieza es muy buena, prácticamente diaria con cambios continuos de toallas y sábanas. Dependiendo de la localización del apartamento, durante nuestra instancia tuvimos que subir bastantes escaleras, puesto que no funcionaban los ascensores, aunque el hotel ofrecía el servicio de un coche que circulaba por las distintas calles de la colina.
La piscina es de tamaño medio y cuenta con bastantes hamacas y sombrillas aunque, como es habitual, si no te las reservas a las 9 de la mañana vete pensando en marcharte para la playa porque si no te puedes freír al sol, ya que los turistas con desayuno aprovechan para cogerlas.
La animación está bien, las chicas son voluntariosas y muy amables, aunque quizás debería haber una mayor discriminación entre público adulto e infantil, especialmente en los juegos de piscina.
Por la noche, hay buenos espectáculos diariamente y ese es uno de los puntos fuertes del hotel, aunque están demasiado orientados al público extranjero, en especial los musicales. Colindando con el hotel hay un minigolf privado y, en ese sentido, se echa en falta algún acuerdo con el hotel para aplicar precios rebajados a los turistas alojados en el mismo, porque por ejemplo mis hijos acudían diariamente con el consiguiente desembolso de dinero.
Cuenta con una buena cafetería, pero también se echa en falta algún tipo de descuento para los turistas alojados únicamente en régimen de alojamiento puesto, que quieras que no, al final de todo el día te dejabas unos buenos euros. En ese sentido, especial atención durante los espectáculos porque, aún cuando tenías tu consumición en la mesa a medio terminar, era habitual que algún camarero pasara a retirarla de la mesa a poco que te descuidaras.
positivo:
Ubicación y vistas espectaculares.
negativo:
Demasiada orientación al extranjero, olvidándose un poco de lo nacional.