Mi opinión general es buena. La limpieza está bien, la hacen una vez cada 2 días.
Las habitaciones son muy grandes con terraza. Las habitaciones bajas, a nivel del suelo no se si cambiarán o serán mas pequeñas.
Hay que tener en cuenta que es un hotel viejo, con sus consecuencias, pero en general no vimos nada con desperfectos.
No tiene aire acondicionado pero al menos en noviembre no nos ha hecho falta.
Si os toca, como en mi caso, una habitación de las altas (del tercero para arriba) tienes muy buenas vistas al mar.
Las zonas comunes están bien y la piscina es muy grande y está muy bien cuidada. Eso sí, no es un hotel para pasar las 24 horas si no más bien para dormir, comer y estar un rato en la piscina, pero si vuestra idea es de disfrutar de un hotel como tal, hay mejores para eso.
Al ir con un niño de 2 años, que tenga cocina (micro, horno, sártenes, nevera...) en la habitación por lo que pueda pasar viene perfecto.
El buffet en calidad es bastante bueno y en variedad es justo. Hay de todo pero si el pescado que hay no te gusta, te toca carne o pasta por ejemplo, no hay 2 o más tipos de comidas. Es pequeño.
Los desayunos, como en casi todos sitios, iguales: típicos huevos, bacón, judías, ensalada, fruta y luego algo de bollería, cereales, tostadas....
No hay cocina en directo, lo típico de hacerte una hamburguesa o unos filetes o lo que toque ese día con el chef ahí pero repito que la calidad es bastante buena de lo que hay.
La zona para aparcar es mala. Si tienes suerte aparcas al lado y si no tienes un parking público gratuito cercano.
Para bajar a la playa, tardas poco pero es una zona con muchas cuestas y a la vuelta si no gusta andar cuesta arriba o por escaleras se hace dura.