El hotel está en una calle céntrica con mucha vida. La playa está a 5 minutos y el centro del pueblo a un par de pasos. Lo peor en este sentido es aparcar el coche, pero una vez que lo haces ya no lo necesitas más.
Pedimos una habitación que no fuera planta baja y nos dieron una en el primer piso (226). La ventana da a un patio interior, lo que resultó ser muy bueno porque no se oye ruido y nunca da el sol directo en ningún lado de la habitación, por lo que se mantiene fresca. El A/C lo utilizamos muy poco por este motivo, a pesar de ser mediados de agosto. La habitación es grandecita y cuadrada. Por lo que vimos en el plano de evacuación, una de las mejores. Las tres camas cabían más o menos cómodamente y teníamos espacio de sobra para movernos.
El armario es empotrado y muy grande, aunque con pocas perchas (10 para tres personas). Hay una neverita, aunque si no dejas la tarjeta puesta en el switch de la entrada no tiene corriente. Lo que echamos de menos fue un sitio donde colgar los bañadores y toallas mojados.
El baño también es muy amplio y cuenta con bañera, bidet, lavabo y retrete. Sólo hay un toallero sobre la bañera y unos ganchos en la puerta, por lo que las toallas acababan sobre las pilas.
Para desayunar y comer hay que cruzar la calle y entrar en el restaurante de los mismos dueños. El desayuno es tipo buffet y tiene dos o tres opciones de cada cosa: fruta, embutidos, panes, bollería, zumos... hay café de máquina (también descafeinado) y variedad de leches o similares: de avena, sin lactosa, etc. También se puede pedir pan sin gluten. La comida/cena es copiosa: en el menú hay un plato central de ensalada, un primero y un segundo a elegir entre muchas opciones, postre y bebida. Es imposible acabar los platos. El punto de carnes y pescados está bien conseguido.
Lo peor fue la limpieza. Pasaban a limpiar muy tarde, a menudo durante la comida o incluso por la tarde. Pasan el mocho por el suelo pero se queda igualmente con una capa de suciedad arenosa aún recién fregado. Cambian todas las toallas todos los días (aunque no las dejes en el suelo), pero no da la impresión de que estén limpias: tienen manchas o están pardas, y dejan pelusilla cuando te secas. Entiendo que es un sitio de playa y la gente se da aceites y bronceadores que pueden ser difíciles de limpiar, pero la impresión no era buena. Las pilas tampoco dan la impresión de estar limpias.
En definitiva, creo que el servicio estuvo a la altura de lo que te puedes esperar para un hotel de dos estrellas, y nuestra estancia fue muy cómoda y agradable.
positivo:
Amplitud en la habitación y el baño.
negativo:
Limpieza regular.