Goya busca controlar sus sentimientos y su vida de manera total. Supone que el exceso de llorar durante su adolescencia no podía ser otra cosa que una enfermedad real y que se trata con pastillas.
Goya busca controlar sus sentimientos y su vida de manera total. Supone que el exceso de llorar durante su adolescencia no podía ser otra cosa que una enfermedad real y que se trata con pastillas. Goya decide alejarse de todo aquello que la haga sufrir apoyándose en el `milagro´ de las aspirinas.
Sin embargo, en un punto de su vida incluye a su prima Chuma en ese escape del mundo y se van a vivir solas. Cuando llegan a los treinta y cinco años de edad a Chuma decide tener un bebé, lo cual rompería el esquema indoloro y perfecto del mundo de Goya. No obstante, accede a las peticiones de su prima pero interpreta cada nuevo acontecimiento a su manera viendo como, de modo irremediable, una vez salida de la fortaleza, la vida la conduce a enfrentarse de nuevo a su vieja enfermedad de llorar.