Solo piano

Fantástico. Orgasmo intelectual.

Inolvidable experiencia!

Un concierto brillante y original. El concierto de piano de Luis de Arquer fue brillante por su interpretación de las piezas musicales del programa (una primera parte de grandes autores clásicos: Beethoven y Chopin, y una segunda parte de piezas compuestas por el mismo intérprete) y original por el lugar donde tiene lugar el concierto: una pequeña sala de la escuela de música que dirige el mismo Luis de Arquer en el barrio de Gracia. La sala contiene solamente unas 40 plazas, de manera que el público se encuentra muy cerca del pianista. La música llega al público muy directamente, se puede percibir casi físicamente. El ambiente es muy cálido y acogedor. Las sillas de madera son incómodas pero casi no te das ni cuenta, de tan metido que estás dentro de la música. Al final, después del bis, Luis de Arquer improvisa una pieza a partir de tres notas sugeridas por el público. Y, como colofón, una copa de cava en el agradable jardin de la casa. Una experiencia nueva, singular y muy recomendable. La interpretación, la cercanía, el ambiente.

¡La incomodidad de las sillas de tijera!.

Fantástico. Una experiencia muy interesante y novedosa. El concierto estuvo muy bien, sobre todo la segunda parte, donde interpreta sus propias creaciones después de haberte explicado su historia y significado. Y la copita de cava en el jardín es igual de enriquecedora, pues el autor tiene un gran don de gentes y es muy buen relaciones públicas así que va saludando uno por uno a los asistentes e interacciona muy bien con el público. Definitivamente es una experiencia muy buena para los amantes de la buena música!. Es una idea muy original para escuchar buena música y relajarte.

Sillas un poco incómodas, al final no sabes como ponerte!.

El espacio donde el piano no se oye...se siente!. La verdad es que fué genial! una velada extraordinaria donde Luis de Arquer (el pianista) te hace sentir a fondo lo que es el piano.Al final de las obras programadas Luis hizo una improvisación solo con tres notas, y eso ya fué sublime!!La atención que nos dispensaron fué espectacular y eso hace que la proximidad, por dimensiones del espacio y por la amabilidad y las explicaciones de Luis de cada obra, hacen que la experiencia sea excelente. Para mi totalmente reconmendable...siempre que seas un enamorado del sonido del piano.

Incómodo pero muy bueno. Nos ha gustado mucho la musica y las explicaciones del maestro. S Sus interpretaciones han sido maravillosas, la sala muy intima y acogedora, pero... Siempre hay un pero ¿no? Pues bien, las sillas eran atormentadoramente incomodas y la mayor parte de los asistentes no sabian como sentarse al cabo de un rato. Es un pequeño detalle que empaña una fantastica velada. En cualquier caso vale la pena ese pequeño peaje. La calidad de la música.

La incomodidad de las sillas.

Un viaje al planeta musical más pequeño del mundo. En el momento que se abre la puerta de la casa de Luis de Arquer comienza un viaje maravilloso, que como Alicia en el país de las maravillas, nos lleva a otro pequeño mundo donde hay lugar para las sorpresas, la música e incluso un tren que lleva al fondo del mar. Una experiencia deliciosa y muy recomendable para los exploradores amantes de la música. Carpe Diem. La música compuesta por Luis de Arquer.

Autenticidad en estado puro. Es muy difícil hoy en día, encontrar un espacio donde la experiencia musical se viva y se comparta con la autenticidad que se lleva a cabo en este espacio, cercano, natural, embaucador y sencillo. Calidad y talento vivido en un entorno original en el mas estricto significado de la palabra, volver al origen. La sencillez y cercaní del espectáculo.

Las sillas que tienen, uno acaba que no sabe ya como sentarse.

Absolutamente recomendable. Un ambiente acogedor e intimista. Las excelentes explicaciones previas a la actuación te sumergen en el ambiente, todo ello redondeado con unas copas de cava (o zumos) ofrecidas por el propio artista y su pareja, con quienes departir de un modo muy ameno. Absolutamente recomendable. En general... todo!.

Sillas un tanto incómodas para una velada de hora y media.