Mi Padre, Sabina y Yo

Hemos tenido la oportunidad de ver varios espectáculos de esta compañía y es sorprendente que pese a ser una sala alternativa crean espectáculos para todo público como lo hiciera Shakespeare. Hay tortas, sexo, ideas, filosofía y política. Nos quedamos encantados hablado con los actores sobre lo que significa ser padre y cómo han mantenido este espectáculo tanto tiempo en cartel, ¡7 años!

Es un espectáculo políticamente incorrecto, como lo es Sabina. EL actor autor que lo interpreta está imbuido de su espíritu y goza como todo el elenco de una energía especialmente canalla y de rock. Las canciones son respetadas y pese a no haber cambiado la letra nos hablan de cosas diferentes, de amores diferentes, de lealtades diferentes. Tres actuaciones que merecen una serie.

Un espectáculo que transita por el límite mismo por que circula la poesía de Sabina, llena de giños a sus canciones y toda la ternura del loser que es Joaquín. Actuaciones tremendas y humor incorrecto para los tiempos que corren, donde todo tiene que ser lavado y no se puede usar ropa amarilla porque eres indepe o contar chistes sobre mujeres porque eres machista. A mi me encantaron las atenciones del padre en el cava de después de la función.

Poco se puede agregar. Si hemos vuelto, no? Lo que es increible es la cantidad de ideas y situaciones que vista por segunda vez hacen mejor la experiencia. El padre sigue siendo maravilloso, una energía desbordante que arrastra todo sobre el escenario. La chica que hace cuatro personajes esta vez era otra pero igual muy buena. Y el cantante-hijo le da un respetuoso toque a las canciones de Sabina. Qué en la historia juegan un rol diferente pero sin tocarles una coma.

Una actriz múltiple crea todas las mujeres de un Sabina arrollador. Las canciones estupendamente cantadas con respeto por un hijo que en ningún momento intenta imitar a Sabina. El texto es de lo mejor que hemos visto en un teatro alternativo, de esos en los que suele no entenderse nada de nada. Aquí todo está poéticamente claro y políticamente muy fuera de toda correción. Como Sabina.

Una obra inteligente y divertida llena de poesía canalla y con las canciones de Sabina como fondo contando cosas de una historia de un padre muy incorrecto, de esos que uno no quisiera como padre pero que a pesar de eso enamoran y un hijo de esos que uno tampoco quisiera tener pero le han tocado y uno termina amándolos. Y todas las mujeres del mundo, las sabias y las fuertes, las inseguras y las demoledoras todas en una.

Desde el comienzo lo canalla cobra protagonismo. Un padre alucinante como Sabina. Las canciones de Sabina respetuosamente interpretadas por un hijo muy guapo y divertido. La chica interpreta con virtuosismo cada uno de los 5 papeles que le toca, al punto que en algún momento nos parecía que había dos actrices. El padre con su velocidad y energía desbordante enamora a pesar de lo canalla. Sólo le falta cantar.

Un espectáculo muy como Sabina. Guarrete, canalla, a veces machista de boquilla, muy sufridor y pícaro. Una historia entrañable y muy incorrecta para los tiempos que corren donde todos sostienen que es lo que hay que hacer pero falsifican firmas, masters, roban y reprimen en nombre de la legalidad. Muy democráticos siempre y cuando no te vistas de amarillo.

Directa, divertida, llena de ideas sobre la paternidad, ideas sobre el amor, la pareja, el sexo, la muerte. Es una obra de lo más completa porque además te ríes desde el principio al fin. No es una risa boba... es una risa de esas que surgen del mirarse a una misma, sus creencias su entorno sus costumbres y prejuicios sobre los hombres. Aquí nos los muestran como son, sin ropaje que los haga mejores de lo que son.

Si te gusta Sabina te gustará. TIene su espíritu y algunas de sus mejores canciones. Aunque no es un concierto ni un musical al uso. Es una excelente obra de teatro en la que las canciones de Sabina entran como anillo al dedo y además de ver tres excelentes actuaciones, en clave de humor se nos pregunta que es ser padre y se abre un debate que siguió en la cena en el bar de la esquina