Los Macocos presentan: Los Albornoz, delicias de una familia argentina. Una familia que da risa como la tuya, vergüenza como la mía y miedo como la nuestra. Que familia... mi familia.
Pedro Albornoz está feliz y esperanzado. Un telegrama laboral lo espera para asestarle una noticia. ¿Un aumento? ¿Un ascenso? La situación en casa no es nada fácil. Apenas se llega a fin de mes con su magro sueldo y la pensión de su suegra, Mamma Dora, a parar la olla para Graciela su sumisa esposa y sus dos hijos: Carlitos y Noemí. Pero, como siempre, las malas nuevas nunca llegan solas.
Y así comienza el camino, barranca abajo. Deudas, sacrificios, encrucijadas, vicios y virtudes de quienes deben capear un temporal que cada vez se pone peor, hasta que llegue el inexorable final. Por suerte en medio de ese negro panorama, un haz de puntos luminosos echa un poco más de luz. La televisión. La promesa en la esperanza de un premio que puede no llegar.
Ese espejo que, mostrando las miserias de afuera les permite olvidar por un rato... las desgracias de adentro.