Llueven vacas

Primera vez en el de las culturas, espacio escenico curioso. El texto crece con la interpretación de la protagonista. Tiembla y nota las costuras cuando el foco se fija en el resto del elenco. Una hora de gozo escenico, golpetazo de sensaciones y cierta sensación de “dejame pensar!” Que te llevas de vuelta a casa.

El texto y sus intérpretes ponen los pelos de punta desde el primer minuto. La escenografía, desnuda, potencia con su carácter simbólico el ambiente opresivo. En la misma línea, una luz y un sonido lacerantes. La dirección es tan precisa que toda la puesta en escena resulta impecable.

Maravillosa! Los actores, la puesta en escena , la propuesta en general y la dirección! El tema que trata de uña manera muy poética, si esto es posible.

La dirección de la obra y la interpretación de los artístas, asi como el teatro intimo donde se realiza, hizo que en varias ocasiones tuviera ganas de saltar a enfrentarme al 'maltratador'

Disfruté de las intreptetaciomes pero sufrimos con la historia

La dramaturgia de Carlos Be es sublime, cuenta una anécdota tan doméstica desde un lugar tan poético y te vas sumergiendo en los códigos de los personajes degustando poco a poco, como si de un buen plato se tratase.

Una obra dura, de actualidad, muy bien interpretada por sus protagonistas.

Joan Bentallé (Fernando), Lidia Navarro (Margarita) y Carol Verano (Coral) ponen cuerpo, voz y alma al trío de personajes paridos por Carlos Be. Quisiera contaros muchas cosas sobre su trabajo, pero decido no hacerlo para que vayáis a vivirlo en primera persona con la mente y el estómago limpios de protectores (reservaos el antiácido para las comidas navideñas). Sí diré esto: Joan, Lidia y Carol son odio, dolor, miedo, sonrisa, inocencia, asco, rechazo, sexo, esperanza, angustia, desesperación, autoengaño y autenticidad. Son mucha autenticidad. Es imposible verlos actuar y no querer intervenir en lo que sucede. La clave está en que, yendo al teatro, siendo testigos entre el público, ya estamos cambiando los titulares. Si aceptamos consumir el arte de la verdad, damos espacio a esa verdad en el arte de vivir. Ayer, día 5 de diciembre de 2018, se agotaron las entradas en la Sala Versus Glòries en el estreno de Llueven vacas en Barcelona. Las de hoy también pueden agotarse. De vosotros depende. Gozaréis de vuestras propias reacciones ante una realidad ineludible hasta el día 9 de diciembre. Cuando Llueven vacas en el teatro hay muchos motivos para dejar el miedo de lado y aporrear los muros hasta derribarlos.

Una visión original sobre la violencia conyugal, que no te deja indiferente y te hace reflexionar sobre la posición que adoptamos en relación a este fenómeno. Tanto el espacio escénico como las tres magistrales interpretaciones consiguieron implicarme completamente en la historia que se narra. Muy interesante el coloquio posterior con el equipo artístico.

Ir a versus siempre es una experiencia. No sabía de qué iba. Salí totalmente revuelto. No es de esas obras fáciles... Si buscas comedia no es la obra. Gran interpretación.

¿Si pudieras hablar con el artista (cantante, actriz, actor,...) qué le dirías?

Qué me enamoré de la protagonista al mismo tiempo que me daba ternura, rabia... Que por momentos odié al protagonista pero puede ser porque me hizo sentir identificado y no solo por lo bien que acruaba