La Llamada, el musical

La obra nos resultó muy divertida y amena con unas grandes interpretaciones. El único problema es que el escenario es bastante reducido, si bien saben sacar partido al patio de butacas como una prolongación donde se desarrolla la obra igualmente.

Respecto a la obra, nada. Respecto a la sala, tened en cuenta que los asientos de la segunda fila de la segunda planta apenas tienen visibilidad. De hecho, las personas que estaban allí tuvieron que estar de pie casi toda la obra para poder verla.

Un espectáculo diferente, con muy buen libreto y fantásticos actores. A veces, no hace falta (y cada vez menos) sentarte en la platea de un gran espectáculo para ver algo de categoría

hay butacas ubicadas detrás de una escalera que unen el patio de butacas con el primer piso, no informan de ello y resulta incomodísimo si te toca detrás. La baja visibilidad hay que avisarla. Habría agradecido una mayor calidad vocal y más ritmo en algunas escenas pero lo bueno supera esto con creces.

Es una obra divertida y muy bien interpretada, con algún momento un poco más flojo pero recomendable. Las dos protagonistas son espectaculares. Las canciones son bonitas y los músicos tocan muy bien. Puesta en escena sencilla pero resultona.

Los asientos de los palcos laterales son incómodos porque tienes que estar echado hacia adelante. A cambio, se ve de maravilla, entre otras cosas, porque se ve bien el patio de butacas y, en esta obra, parte de la acción sucede allí.

Es un musical refrescante, diferente, profundo y divertido. La interpretación es espléndida por parte de todas las actrices, el cantante y la banda excelentes. Pasamos dos horas deliciosas. Enhorabuena a todos por conseguir que en estos tiempos tan difíciles en los que hay tan malas noticias a diario, hayáis sido capaces de crear e interpretar una obra tan bonita. Gracias.

Tuvimos que esperar un poco, no empezó puntual, pero lo olvidamos nada más comenzar la función.

el musical en sí me encantó, muy divertido y los actores de 10

no me gustó que las entradas no eran numeradas y me tocó en la segunda planta, en la esquina derecha y no se veía absolutamente nada el musical. tuve que verla de pie y mal. tampoco me gustó que la calefacción estaba a tope y pasé mucha calor. el musical me encantó pero el teatro fatal... no tendrían que vender entradas para las esquinas porque no se ve nada el escenario

Me gusto mucho, te ríes un montón, se pasa el tiempo volando. Esta muy bien la mezcla de obra de teatro y musical.

Esta un poco desorganizado lo de recoger las entradas, pone que puedes ir a partir de las 17.00, pero resulta que a las 18.00 hay otro obra distinta y se monta un lío, de los que van ha recoger y sacar las entradas de la función de las 18.00 y de los que van a las de las 20.30. Que las dos funciones empezaron tarde.

Incursiones de los actores en la platea. Dios canta de lujo. Macarena una pedazo de actriz.

Empezó con retraso. La orquesta no debería verse, quita protagonismo y a veces incluso se ríen, algo muy poco profesional. El guión es bastante simple. Y bueno, es un musical sin cantantes profesionales y el sonido no es muy bueno, pero dónde encuentras un musical por 20 ? en Madrid?

La naturalidad y espontaneidad de los artistas. A destacar todas las interpretaciones: Macarena García, Gracia Olayo, Richard Collins-Moore y en especial las de Anna Castillo y Belén Cuesta (espléndidas). La banda en directo genial y por supuesto un aplauso a los directores J. Ambrossi y J. Calvo. Bravo!

Originalidad, música, guión

El emplazamiento del teatro. A pesar de ir con antelación nos dieron la ultima fila del anfiteatro 2. Creo que pagando 20 euros no merece verlo desde ahí por lo que o las ponen a precio inferior en esos asientos o que no las vendan. Se pierde la calidad del espectáculo

Muy entretenida, graciosa y con muy buena interpretacion por parte de las actrices. El actor/cantante en el papel de dios tremendo.

La venta de entradas con baja visibilidad, no se ve, estas muy incómodo y realmente sólo ves el cogote de los actores cuando se encuentran en una esquina. No deberían venderlas, sólo consiguen mermar la calidad de la obra