Catálogo para librarse de hombres inadecuados...

Divertidísimo, fresco, emotivo... un descubrimiento.

Todo, se te pasa el tiempo sin darte cuenta, muy recomendable

Nada

A ver, Héctor tiene tablas es innegable y la interpretación de los cuentos de las mil y unas noches es cuanto menos complicada. Es fácil hablar de situaciones que el público identifica como suyas o incluso se sienta protagonista en algún aspecto por haberle pasado; esto, no ocurre en esta obra, (al menos en mi caso). Por lo que, siendo mera espectadora sin evaluar que me guste o no el guión, hay que darle el mérito que se merece al narrador. Se metió a la gente en el bolsillo y narra bien, además de interpretar, por lo que, una obra diferente con una buena interpretación, por qué no ir?

Es un buen intérprete.

No me gustó el espectáculo, obra desfasada, a veces me senti confundida, el título del espectáculo es engañoso, no supe si iba dirigida a adultos o niños. La sala nada cómoda pero lo entiendo por el precio.

El actor muy bueno en trivializar literatura alta y hacerla accesible a todo tipo de público y con humor.

Surrealista la manera de asignar los asientos

Mantener viva una tradición juglaresca tiene mucho mérito.

Más que espectador me sentí como alumno de colegio en un aula de un pueblo provinciano de Asturias.

Es una forma narrativa original entre monologo y cuentacuentos.

El sitio es un poco cutre.

Tienen el detalle de invitarte a una caña con la entrada.

La obra me decepcionó. Es un cuento más enfocado para niños que para adultos.

Mucho, la interpretación.

El calor que hacía en la sala y la disposición ya que los de detrás no pueden tener la visión completa de la escena.