Itinerario
Navega 4 noches por Mediterráneo a bordo del MSC Poesia desde Tarragona y visitando Valencia, Cádiz y Lisboa.
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Tarragona (España) |
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18:00 |
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Valencia (España) |
08:00 |
18:00 |
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Navegación |
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Cádiz (España) |
08:00 |
18:00 |
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Lisboa (Portugal) |
09:00 |
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MSC Poesia
Ver 18 fotos
El MSC Poesia es el tercer barco de la clase Musica de MSC Cruceros, inaugurado en 2008 y reformado en 2021, construido con las más exigentes y estrictas normas ecológicas y diseñado con el sello del estilo y la elegancia italianos.
Entre sus instalaciones destaca una cascada con puentes en el vestíbulo, un jardín Zen en el bar de sushi, un relajante spa de 1115 m2, un informal Bar Mojito y un cine al aire libre en la piscina. Además de teatro, discoteca, casino y sala de videojuegos. Para los más pequeños, el MSC Poesia cuenta con una zona de juegos con la temática de dinosaurios de la edad de piedra e incluso hay un espacio para los adolescentes en el Teen's Club.
El MSC Poesia ofrece 2 restaurantes principales, Il Palladio y Le Fontane, y un restaurante a la carta, L'Obelisco. Para una comida rápida cuenta con el buffet restaurante Villa Pompeiana. Además se puede disfrutar de 16 bares, inspirados en temas diferentes.
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Categoría: 4
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Año de construcción: 2008
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Año de remodelación: 2021
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Velocidad nudos: 23
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Max. Pasajeros: 3605
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Tripulantes: 1039
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Camarotes: 1275
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Cubiertas: 12
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Eslora: 294
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Calado: 8
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Corriente eléctrica: 110-220
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Capacidad ocupación doble: 2550
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Piscinas: Si
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Ancho: 32
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Fumar zonas especiales:
Si
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Asignacion mesa comedor:
Si
Tarragona
Tarragona vive en perfecta armonía con el Mediterráneo, un mar al que rinde tributo en todas sus esquinas, que está presente en todos sus momentos. Sus casas y calles forman un entramado que siempre lleva de la tierra al mar o del mar a la tierra. Y esta unión perfecta que los une se puede intuir desde el mirador del Passeig de les Palmeres, al final de la Rambla.
Tarragona es una ciudad para vagar y pasear por ella, que despierta curiosidad y anima a visitarla más de una vez. Se puede recorrer desde su anfiteatro romano, que permite rememorar la ciudad romana, hasta el Pretorio y el circo romano, donde se celebraban las carreras de carros. También merece la pena la calle de la Mercería, por sus soportales góticos e ir caminando hacia el barrio de la Catedral, entre románica y gótica, desde donde también se puede ver el rectorado de la Universidad, de estilo modernista. Bajar por el Carrer Major, una de las calles más alegres de la ciudad, admirar la calle de Cavallers, con sus casas señoriales, o pasear por las murallas romanas que circundan Tarragona son sólo unos pocos de sus atractivos.
En el barrio de El Serrallo, barrio de pescadores, en el puerto, se puede comer un exquisito pescado con romesco, un condimento típico tarraconense hecho a base de ñoras, almendras y avellanas tostadas, salsa que, como decía Josep Pla "completa las virtudes del pescado de primera calidad y mejora aquel que no es tan fino".
Valencia
No hay mejores palabras para definir a Valencia que luz, color y fuego. Al pasear por sus calles sentirás el olor de la pólvora mezclado con el aroma del azahar. El fuego y la alegría forman parte de la personalidad valenciana. Como buena ciudad costera, el mar también moldea la personalidad de sus habitantes, abiertos y amables, y el sol marca el carácter de una ciudad que vive al ritmo de las mascletás. No te quedes en la luna de Valencia y ven a descubrir los secretos del fuego en la ciudad del Turia.
Cádiz
Dice la canción que Cádiz es La Habana con más salero. La ciudad se sitúa en la bahía del mismo nombre, en una península rodeada por el mar unida a la tierra por una estrecha franja. Cádiz posee un aura mística, atractiva, fascinante, casi mágica. No es de extrañar que la ciudad vibre al ritmo de las olas del mar que la rodean.
Lisboa
Nombre propio, Maria. Apellido, Lisboa. Asentada sobre siete colinas, Lisboa es una de las ciudades más bellas de Europa en gran parte gracias a su nostálgica atmósfera que se refleja en el fado, expresión musical del alma de la ciudad.
Descubre sus rincones y estrechas calles degustando los vinos y los platos más típicos en las tasquinhas. No te pierdas las vistas que ofrece desde sus elevadores y la luz especial que ilumina las calles de Lisboa.
¡Silencio, se va a cantar el fado!